El 15 de abril de este año, exactamente cinco después de que ardiera la cubierta en un incendio que provocó daños severos en el templo y conmocionó al mundo, el rector de Notre Dame, monseñor Olivier Ribadeau Dumas, daba gracias a las donaciones y al “trabajo de tantas personas” que han posibilitado “una catedral deslumbrante”. La reconstrucción, de hecho, iba muy avanzada. Tanto, que se cumplirá la fecha prevista de reapertura: el 8 de diciembre de este año, coincidiendo con la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
Este mes de junio, a 33 metros de altura, se realizaban los últimos trabajos de reconstrucción, entre ellos, en la base de la famosa aguja que fue construida en el siglo XIX por el arquitecto Eugene Viollet-le-Duc, destruida en el incendio y que se ha vuelto a fabricar siguiendo el modelo original.
También se trabaja en la elaboración del mobiliario litúrgico, que se está haciendo en la fundición Barthélémy Art; entre ellos, el altar, el ambón y la cátedra.
Igualmente se han presentado este junio los ornamentos litúrgicos que se utilizarán en la reapertura, y que han sido diseñados y confeccionados por el estilista Jean-Charles de Castelbajac. Son más de dos mil piezas entre estolas, casullas, dalmáticas, y otras, que vestirán obispos, sacerdotes y diáconos permanentes.
La cruz exterior del ábside ya está bendecida y colocada, y también las campanas, que volverán a sonar en la ciudad parisina. Y el famoso gallo colocado en lo alto de la aguja luce ya desde hace meses después de haber sido bendecido. Se bendijeron, incluso, los troncos utilizados en la nueva estructura del coro de la catedral.
Piedras vivas
Como ha señalado monseñor Ribadeau Dumas, la catedral de París “volverá a ser lo que siempre ha sido: un edificio de piedras donde las piedras vivas cantan la gloria de Dios”. Durante estos años, sin embargo, no han faltado las oraciones en el interior, entre andamios y con casco de obra, de muy pocos miembros de la curia que, con toda la comunidad cristiana en el corazón, han seguido haciendo que las piedras latieran desde dentro. Como la oración de seminaristas antes de ordenarse o las celebraciones de la Semana Santa.
Ahora volverán las visitas y el culto al templo que ha sido escenario de la beatificación de Juana de Arco, la coronación de Enrique IV de Inglaterra y también la de Napoleón Bonaparte.
Pero la corona más importante que custodiaba la catedral (desde el incendio, lo hizo la iglesia de St-Germain-l’Auxerrois) es la corona de espinas de Jesucristo que, milagrosamente, se salvó de las llamas. Esta reliquia se expone a los fieles el primer viernes de cada mes y el Viernes Santo. En la reapertura de la catedral estará depositada en un nuevo relicario, una gran circunferencia dorada y de cristal instalada en una pared de madera de cedro. Según la tradición, la corona fue comprada por el rey Luis IX al emperador de Constantinopla en 1239, pocos años después de que comenzara la construcción del templo.

Ocho siglos de realidad aumentada
Los grandes eventos vividos por la catedral en sus ocho siglos de historia, incluida la reconstrucción actual, se pueden revivir estos días en Madrid gracias a la exposición Notre-Dame de París. La exposición aumentada. Un nuevo concepto de muestra inmersiva ya que los visitantes, con una tableta HIstoPad, podrán adentrarse en los grandes acontecimientos, como un personaje más de la historia. Las reconstrucciones que muestra la tableta se han realizado con la colaboración de un comité de científicos para garantizar el rigor histórico, con narraciones en trece idiomas y una búsqueda virtual del tesoro para niños. La muestra ha viajado ya por París, Londres, Washington, Montreal o Dubái y ha sido producida por HIstovery gracias al patrocinio de L’Oreal Groupe, uno de los principales donantes para la reconstrucción. Juan Alonso de Lomas, director de L’Oréal España y Portugal, ha expresado que para el grupo “es un honor apoyar este proyecto dedicado a Notre Dame. Como empresa francesa centenaria, estamos orgullosos de participar en la salvación y reconstrucción de Notre-Dame, un verdadero símbolo de la artesanía, el patrimonio y la cultura francesa”.