José Luis Olaizola ha fallecido este lunes en Madrid, a los 97 años. Era padre de nueve hijos, y aunque cursó sus estudios en Derecho, pronto volcó su tiempo y habilidad en la escritura. Premio Planeta de novela en 1983, Premio Ateneo de Sevilla 1976 o Premio Barco de Vapor 1982 con algunos de sus reconocimientos más conocidos. Era un ferviente aficionado al rugby, deporte que practicó activamente en su juventud.
Entre sus obras más destacadas están La guerra del general Escobar, Planicio, El Cid, el último héroe, Cucho, Una historia para ti, o su autobiografía, José Luis Olaizola. Retazos de una vida literaria.
Durante los últimos treinta años, además, ha sido columnista de Mundo Cristiano, donde ha acercado a los lectores numerosas situaciones y circunstancias que han dibujado una personalidad cercana, sencilla, auténtica, generosa y profundamente cristiana.
Además de escribir, Olaizola dedicó gran parte de su tiempo a luchar contra la prostitución infantil en Tailandia a través de la ONG Somos Uno, que él mismo fundó. Son miles las personas que han podido encontrar un futuro mejor gracias a su trabajo y a la ayuda de tantos colaboradores y amigos.
Un pilar importante en su vida ha sido su familia. En sus columnas, Olaizola ha hablado mucho de sus hijos, con cariño y gracia, sobre las preocupaciones que les suscitaba y los cuidados que le ofrecían. Pero sin duda alguna, el gran amor de su vida ha sido Marisa, su esposa, que falleció durante la pandemia en el año 2020. Tan grande es el amor que tenían, que desde entonces Olaizola repetía de vez en cuando en sus columnas que «lo único que espero es encontrarme con Dios y con Marisa».
Mundo Cristiano ha perdido un columnista, pero ha ganado un corresponsal más en el Cielo, desde donde estamos seguros que intercederá por todos los lectores de Mundo Cristiano.