Los autores tejen en sus estrofas con los hilos de su propia vida. Muchas veces son grises y desafinados, otras, vivos y enérgicos; otras, esperanzados; y otras, decaídos y tristes. Pero el tiempo de sol, la primavera, y el cambio horario que nos conduce al verano resulta una invitación a adentrarse en las canciones del pop español que pueden ayudarnos a celebrar la vida, la felicidad, y las pequeñas suertes de cada día.
La música nos acompaña a través de los años y la vida. Nos calma en la cuna cuando estamos aprendiendo los ciclos del sueño, nos levanta en las grandes celebraciones, nos resguarda en los momentos del amor, nos acoge en los días de melancolía, y nos empuja hacia la euforia cuando el cansancio o el hastío agotan nuestras fuerzas. Siempre se ha dicho que las mejores canciones son dolientes, de tristezas y nostalgias, y algo de eso hay, al igual que ocurre con la poesía, en los malos momentos afloran sentimientos de gran pureza, que el talento del autor puede convertir en belleza, en belleza universal que el oyente o lector puede percibir como propia. Sin embargo, la primavera española es alegre, es tiempo tradicional de canciones de optimismo y juerga, y es hoy en las que vamos a reparar.
La mayoría de grupos de pop español que parecen haberse especializado en la tristeza. Ocurre, en realidad, con todos o casi todos los que actúan con autenticidad, los que dejan en las canciones jirones de su vida. Así, hay bandas que cuando no le cantan al desamor, de Los Secretos a Maná, de Los Planetas a Amaral, nos sorprenden cuando cantan a lo bello de la vida, porque parecen hacerlo con la misma intensidad poética.
A Antonio Vega le enfadó mucho que su disco homenaje –aquel que se grabó en vida del artista en 1993– llevara por título “Ese chico triste y solitario”. No es para menos. Primero porque el título parecía más bien un lamento, o insulto, y segundo porque, a pesar de que los artistas que versionaron sus canciones en el tributo eran brillantes, el tono del disco parecía anticipar una muerte inminente que, afortunadamente, no se produjo hasta mayo de 2009. Antonio Vega tiene canciones tristes, por supuesto, como si colgaran de la melancolía luminosa de su primer hit, con Nacha Pop, la Chica de ayer. Pero también, más aún en los últimos años, nos regaló muchos temas llenos de luz y vitalidad.
Pienso en Estaciones, canción de viaje por excelencia, que parece seguir el ritmo de la ventanilla de un tren. La firmó junto a él su pareja, Marga de Río, y si la música y la voz extrañamente viva de Antonio Vega hace parte del trabajo, lo cierto es que la letra es explícita en su celebración de lo pequeño, de lo bonito de cada instante de la vida: “Se dibujan los colores / vivos en la magia de las flores / En la luz vital”.
Su estribillo es una explosión poética, pero también una oda a la serenidad: “Y por esto vivo el día / Día simple, día claro / Vivo al menos sin temores / Sin el miedo de gozar. / Cada pueblo, cada puente, / Cada cruce me ha enseñado / Que con hoy es suficiente / y mañana es demasiado”.
A tu lado
A Enrique Urquijo, fallecido líder de Los Secretos, se le ha pintado casi como el apóstol de la tristeza. De poco sirve que de puertas adentro fuera uno de los artistas con más inteligente y afilado sentido del humor, o que musicalmente haya oscilado entre el rock más enérgico, el country, el pop ochentero, o las rancheras, tocando todos los palos del diapasón anímico.
Sin embargo, aunque firmó algunas de las canciones más tristes de la historia del pop español (La calle del olvido, Cambio de planes, Agárrate a mi María, o Tu tristeza), también fue número uno con una de las canciones más bellas, vitalistas, y terapéuticas del pop español, la inmortal Pero a tu lado: “He muerto y he resucitado / con mis cenizas / un árbol he plantado / su fruto ha dado / y desde hoy / algo ha empezado”.
Tiempo antes, cuando ya colgaba sobre su espalda el sambenito de la melancolía, Los Secretos publicaron un disco que con cierta ironía llamaron Adiós tristeza. Había canciones de desamor, lamento y rabia como Te marcharás, Ojos de gata, Y no amanece, pero cerraba el álbum el corte que daba título al conjunto, y su estribillo no podía ser más esperanzador: “Y las lágrimas que escondes en la lluvia / Con tu mala suerte lejos viajarán / Porque hoy empieza el resto de tu vida, / Adiós tristeza, adiós soledad”. En realidad, toda la canción nos habla de cerrar la puerta a la desesperanza: “Secaré todas tus fuentes de tristeza, / Hoy será el mañana que soñaste ayer / Porque el cielo está detrás de nubes negras, / Adiós tristeza, no te quiero ver”.

El mundo genial
Una banda que se ha especializado en canciones optimistas, con la sana intención de ayudar a la gente a levantarse en los malos momentos, es Maldita Nerea. Un grupo de una sensibilidad especial que además ha llevado su carrera de forma independiente, tomando siempre sus propias decisiones, tanto cuando han estado en lugares discretos, como cuando alcanzaron ya la gran fama, la que les permite aún hoy llenar grandes recintos.
En El secreto de las tortugas nos contó cómo el amor puede cambiar todo: “Y nadie se hará el camino sin suerte / que aquí lo malo en bueno se convierte / Existe un sendero y te has convencido / así que empiézalo conmigo / y echaremos a volar”. También encontramos la misma temática en Fácil, Tu mirada me hace grande, o En el mundo genial de las cosas que dices: “En el mundo genial de las cosas que dices / Hay tesoros de nadas, planetas sin grises / Con millones de estrellas que llenan mi mente / Yo no sé si se puede quererte más fuerte”.
De hecho, su último disco, Manual para seres maravillosos es en sí un canto a lo valioso de cada pesona, al poder del amor, y su single Inevitable es una canción dedicada a la infancia, escrita desde los ojos de un niño: “La más valiosa clara y pura variable / lo que remedia lo irremediable / la energía que me lleva hacia ti”.
Eso que tú me das
En el ámbito de las canciones con alma positiva, encontramos al también desaparecido Pau Donés, de Jarabe de Palo. Dentro de cierta tendencia al hastío, a coqueteos con el nihilismo, Jarabe de Palo ofreció numerosas canciones rebosantes de dicha. Fueron expertos en la materia. La inolvidable Bonito es un canto a la vida, a las cosas bonitas, a las pequeñas bellezas.

Estando ya muy enfermo, con el avance cruel del cáncer que terminó con el artista, quiso dedicar sus últimas fuerzas a su disco de despedida. Con él presentó por carta de presentación una de las canciones más bellas de toda su carrera, dedicada por cierto a su hija, quien comparte videoclip con él –aunque con el rostro tapado con una máscara-; videoclip que resultó extenuante para Pau Donés, debido a los dolores y al cansancio que ya padecía entonces. “Eso que tú me das / Es mucho más de lo que pido / Todo lo que me das / Es lo que ahora necesito”, canta el artista en Eso que tú me das, “Todo lo que me das / Te estaré siempre agradecido / Así que gracias por estar / Por tu amistad y tu compañía / Eres lo… lo mejor que me ha dado la vida”. Una manera bellísima de irse y una bonita lección para la posteridad.
Otro grupo que ha sido capaz de cantarle a la mayor de las angustias, Celtas Cortos –La senda del tiempo es buen ejemplo–, ha firmado también algunas de las letras más vitalistas del pop español.
Conociendo bien el mundo de la depresión, el líder del grupo firmó en uno de sus últimos discos una canción de pretensión terapéutica y eficacia probada, Tú eres el mejor: “No te rindas nunca a la depresión. / Saca algo de fuerza de esta canción. / No abandones nunca, hay un lugar mejor, / y lo llevas dentro de tu corazón”. Y también dirá después: “De todo malo siempre hay algo bueno / Del lado bueno hay algo mejor, / Y del mejor, saca lo que tú puedas / y gástalo con los de alrededor”.
Eres el mejor
Con idéntica pretensión y cierta similitud, firmaron Los Limones en 2013 Eres el mejor, cuyo estribillo es retazo de sencillez y eficacia: “Eres el mejor / el mundo es feliz / y la vida es tan bonita / de principio a fin”. En realidad, hace años que Los Limones le dieron la espalda a la melancolía, y lo demuestran con infinidad de canciones: Días azules, Sigue, Quintos del 64, Amor todavía, o en su último trabajo celebran su disco número con 15 con otro festival de optimismo, La niña bonita: “La niña bonita ahora que va a ser la ganadora, / No va más la bola, gira la ruleta loca / Nadie abre la boca para ver qué es lo que toca… y pleno al quince / Negro impar y Dios existe / Niña bonita, es lo que eres /Niña bonita, te lo mereces / Niña bonita, qué fuerte, qué suerte”.
En Cooper, antaño Los Flechazos, lo sonoro y vitalista son marca de la casa. En su último disco antes de su despedida definitiva, dejó una de esas canciones rebosantes de belleza y esperanza. El corte está dedicado a su hija, y de algún modo anticipa la manera en que el amor al padre puede conservarse, incluso cuando en la vez éste pierde la memoria: “Me has prometido quedarte a mi lado / Cuando ni recuerde quién soy / Mis tropiezos al pensar / Te hacen sonreír / Pero si ves que la luz parpadea / Y tu sombra no sé distinguir / Acompáñame al desván / Lee en alto para mí”.
La chispita de vivir
Pero, sin duda, si hemos de zambullirnos en las canciones de la alegría el mayor filón lo encontramos en el sur. Desde Kiko Veneno o Los Delinquentes hasta Muchachito Bombo Infierno o, por supuesto, Siempre Así, todo es fiesta, primavera, sol, amor, baile y risas. En el caso del grupo sevillano, música y letra van de la mano desde el primer disco, cuando en la canción que dio nombre al grupo nos anticipaban lo que vendría: “Siempre así, te cantamos siempre así / Olvidate de la melancolía / Ven a cantar lo hermoso de la vida / Que mi canción la guardo sólo para ti”.
Sus últimos discos no han hecho sino ahondar en canciones de esperanza, con el decidido propósito de aportar consuelos musicales a quienes viven bajo tribulación.
Completamente tieso –una lección de cómo ser felices con poco en plena crisis económica-, El amor es otra cosa –la gran meditación sobre el sentido del amor-, y por supuesto, La chispita, canto por excelencia a quienes necesitan encontrar una luz para agarrarse y seguir adelante: “Que ya está bien de lamentar / Mira palante y no pa atrás / Y siente que estamos vivos / Mañana ya Dios dirá / Yo quiero cantar tan alto, tan alto / Que pueda callar / El ruido de la tristeza y de la soledad / Tan fuerte, tan fuerte / Que pueda sentir / Que tengo encendida la chispita de vivir”.
La lista sería infinita, porque Nacha Pop escribió Puertas abiertas, Hombres G, Me siento bien, Loquillo, Contento, La Frontera, De vuelta a empezar, Doctor Livingstone Bien, muy bien, Los Delinquentes La primavera trompetera, Bongo Botrako Todos los días sale el sol, Seguridad Social El ritmo del corazón, Nena Daconte Detrás de cada luz, y Amaral Kamikaze, entre otros muchos ejemplos.
Pero sin duda con lo reunido en estos párrafos tendremos una buena playlist para ponerle una sonrisa al camino hacia la playa, para volver a creer en las cosas pequeñas, para enterrar melancolías y miedos con la ayuda de una simple canción.