“Recemos para que Dios conceda a la Iglesia el Papa que mejor sepa despertar las conciencias de todos y las fuerzas morales y espirituales en la sociedad actual, caracterizada por un gran progreso tecnológico, pero que tiende a olvidarse de Dios”. El lo que ha pedido el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, en la Misa pro eligendo Romano Pontifice con la que se inicia el cónclave.
A las 10 de la mañana del miércoles 7 ha comenzado la Misa de inicio del cónclave, en la que han tomado parte los 220 cardenales presentes en Roma, tanto los menores de 80 años, que participarán en la elección del nuevo Pontífice, como los mayores, que no pueden votar.
La solemne ceremonia, en una basílica con una multitud de fieles (cinco mil según cifras oficiales), comenzó con una procesión de los celebrantes en un ambiente de silencio y piedad.
La Eucaristía, en el Altar de la Confesión, fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio, en el lugar de culto que custodia los restos de Pedro, cuyo sucesor está llamado a elegir el Cónclave.

En la homilía, el cardenal Re, decano del Colegio Cardenalicio y máxima autoridad de la Iglesia en ausencia de Papa invocó la ayuda del Espíritu Santo: “Que sea elegido el Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en este momento de la historia tan difícil y complejo”.
El cardenal recordó que el Cónclave es “un acto de la máxima responsabilidad humana y eclesial y una decisión de excepcional importancia. Un acto humano por el cual se debe abandonar cualquier consideración personal, y tener en la mente y en el corazón sólo al Dios de Jesucristo y el bien de la Iglesia y de la humanidad”.
El decano subrayó como una de las principales tareas del sucesor de Pedro “acrecentar la comunión”, de todos los cristianos con Cristo, de los obispos con el Papa y entre sí. También, la llamada a “mantener la unidad de la Iglesia en la senda trazada por Cristo a los Apóstoles”.
El cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar emérito de San Salvador, a la salida de la Misa de inicio de cónclave exponía a Mundo Cristiano un sentimiento generalizado entre los participantes (al menos entre los cardenales eméritos): “lo estamos viviendo con mucha paz, mucha tranquilidad, sabiendo que el Espíritu Santo va a asistir a todos los cardenales y con mucha esperanza, sabiendo que va a ser lo mejor y lo que la Iglesia necesita”. El cardenal, mayor de 80 años no podrá entrar en el cónclave.
A la salida de la Misa, la Plaza de San Pedro se encontraba repleta de fieles, turistas y curiosos. Entre ellos, un grupo de religiosas. Tras un grupo de Iesu Comunio, se veía un conjunto de seminaristas de Regnum Christi, y una comunidad de monjas, las Hermanas de los Ancianos Desamparados de España, a quienes les ha coincidido el momento con un viaje que tenían previsto para una audiencia privada con el Papa.