Antonio López: «El éxito es poder vivir de tu trabajo»

El pintor Antonio López repasa su trayectoria artística, marcada por el intento de ser fiel a sí mismo
Antonio López, en su estudio, en la entrevista con Mundo Cristiano.

Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 6 de enero de 1936) recibe a Mundo Cristiano en su casa de Madrid. Hace una tarde lluviosa, desapacible. Tras recibirme en la puerta, pasamos a un pequeño salón junto a la cocina donde se mezclan libros, cuadros y esculturas. Me siento en un tresillo y Antonio en una silla junto a una mesa camilla con un florero, en una esquina de la habitación. Es ya tarde y se le nota cansado tras un día de trabajo intenso. Reflexivo, humilde, cercano y de mirada profunda, nos cuenta sus proyectos, sus miedos y su visión del mundo actual.

El pintor, escultor y dibujante Antonio López ha cumplido 88 años el mes de enero. Pese a los achaques de la edad mantiene la ilusión y energía de la juventud. 1961 es un año clave en su vida, cuando se casó con la también pintora María Moreno, con quien tuvo dos hijas: María y Carmen.
Su última exposición retrospectiva se inauguró el pasado 21 de septiembre del 2023 en Cataluña, en la Fundación La Pedrera, en su sede en la Casa Milà de Gaudí. Paisajes es el nuevo libro exclusivo de artista, en una edición limitada de 2.998 ejemplares. Todos están firmados por Antonio López. Empezamos la conversación sin muchos preámbulos.

—Han sido innumerables los reconocimientos que ha tenido, ¿qué es el éxito para Antonio López?
—El éxito es poder vivir de tu trabajo. Si tuviera que resumirlo mucho es que un pintor, un escritor o un cineasta pueda vivir de su trabajo, que lo acepte la sociedad y que pueda vivir de su pasión.
—¿Cuál fue el consejo que le dieron de joven y le ha servido para toda la vida?
—En una vida tan larga hay consejos tanto buenos como malos… Un consejo fundamental es ser sincero y ser uno mismo.
—¿La fama le ha cambiado?
—¿Podrías definir tú la fama? Pues, insisto, la fama de verdad es vivir de tú trabajo, a partir de ahí ya es un terreno complicado porque en el mismo día pueden decirte que eres un hombre de mucho valor y luego por la tarde puedes leer un comentario sobre ti diciendo que vales poco.

Rutinas diarias

—¿Cuáles son sus rutinas diarias?
—La única rutina que tengo es levantarme todos los días a la misma hora. A partir de ahí mi día puede ser muy diferente al día anterior. No me gustan las rutinas, pero sí me gusta seguir una disciplina.
—¿Cómo influyó su tío, el pintor Antonio López Torres, en su formación y vocación?
—Mi tío hizo por mí algo muy importante, que fue convencer a mi padre para que me dejase formar en la pintura aquí en Madrid. Si no fuese por él no estaría aquí, porque yo no iba en esa dirección. A mí me estaban preparando para trabajar en una oficina. Luego, ya iniciados mis estudios de pintura, tener cerca a un pintor tan único y autentico fue un privilegio.
—¿Cómo se inspira? ¿Cuál es su proceso creativo?
—Son dos cosas. La primera es que a mí me aficiona pintar, dibujar y hacer esculturas. En segundo lugar, me inspira la propia vida, el arte siempre sale de ahí. Claramente otras obras de arte, el cine, la música todo eso sale de la vida, es la fuente de información que tienes.
—Supongo que, con su trayectoria, ya no necesita mucha publicidad para dar a conocer su nuevo trabajo…
—No hay que pensar en la publicidad. Muchas veces, si no te mueves, la pintura no se vende, por lo que si la publicidad compra tu obra, ahí hay un beneficio mutuo.
—El documental Made You Look, disponible en Netflix, repasa la inverosímil historia de cómo obras falsificadas de pintores como Rothko y Pollock engañaron a especialistas y a compradores millonarios… ¿Cree que puede haber “falsos” Antonio López en el mercado?
—Sí, me consta que sí. Pero no importa. Es como si cojo un catarro, no tiene mayor importancia. Yo me preocupo por si tengo un cáncer, no por las pequeñas cosas sin importancia. ¡Qué más da que me falsifiquen o no!

Un arrepentimiento

—Si tuviera que volver a empezar de nuevo, ¿Qué errores no cometería?
—En relación con la pintura me arrepiento de haber hecho cosas que no son verdaderas, que las hice para vender. No seguí mi propio estilo. Recuerdo hacer cosas para gustar y es de lo que más me arrepiento porque mi aspiración en la vida ha sido ser siempre fiel y honesto.
—¿Qué ha supuesto su mujer para su inspiración y su vida?
—Me ha inspirado mucho amor, mi mujer me ha aportado muchas cosas y su apoyo ha sido fundamental para mí y mis obras. Ella también era muy buena pintora con un estilo figurativo muy distinto a mí, pero nunca han surgido críticas entre nosotros; ella se alegraba de mis logros y yo de los suyos, eso es el amor y el respeto.
—¿Cómo se mueve un artista como usted en una sociedad híper tecnológica donde parece que no hay tiempo para la contemplación?
—Las trampas siempre han existido. Con esto me refiero a que en la sociedad de hoy en día tienen las tecnologías que los aparta del arte, pero en otras épocas han sido otras cosas, como por ejemplo la televisión cuando se empezó a vender. Que la gente se confunda y no sepa valorar el arte es por falta de conocimiento no por la tecnología.

Arte caducado

—Suele decir que hay “mucho arte caducado en los museos”… ¿Le gusta pasear por los museos?
Hay mucho arte caducado sí, porque es muy complicado hacer algo de valor. El arte grande no tiene caducidad, sin embargo, el arte más pequeño sí la tiene. Yo quitaría muchas obras de arte que ya están caducadas, incluso en el Museo del Prado replantearía quitar algunas obras. Hay que tener claro que porque una obra se encuentre en el museo esto no significa que sea de gran valor.
No es que me gusten o me dejen de gustar los museos, es que a mí no me ha comprado un museo, a mí me compran las personas.
—La calle es uno de sus hábitats naturales para trabajar. ¿No le agobia trabajar rodeado de curiosos?
—¿En qué trabajo no hay pequeñas molestias? A mí me mueve la inspiración o, como a mí me gusta llamarlo, ‘el tema’. Hay veces que la encuentro en mi casa y otras veces la inspiración se encuentra fuera de mi control, en medio de la calle. Si encuentro inspiración en la Puerta del Sol, tendré que salir de mi casa, de mi mundo. Y respecto a la gente, me adapto con buen ánimo.
—¿Cuál es la obra de la que se siente más orgulloso? ¿Cuál le ha supuesto más quebraderos de cabeza?
—La obra de arte que más quebraderos de cabeza me ha dado ha sido el retrato real, ya que fue un encargo de Patrimonio Nacional y los encargos siempre han dado más problemas por la simple razón de que es un ámbito en el que tienes menos libertad. Pero me alegro de haberlo hecho.
Sinceramente no me siento orgulloso de ninguna de mis obras; me gustan algunas etapas, pero ninguna obra resalta para mí.
—¿Qué supuso para usted realizar el Cristo de la Catedral de Vitoria?
—En los últimos años ha coincidido que estoy realizando muchas obras con temática religiosa y yo nunca había hecho esto. Créeme cuando te digo que si no me los llegan a encargar por mí nunca habría tocado esta temática porque yo no tengo una fe absoluta en esto, no la tengo.
—¿Es cierto que Velázquez es su pintor de referencia? ¿Y que Picasso le cansa?
—Son dos pintores muy buenos y sí que es cierto que Velázquez me gusta y de él nunca me canso, mientras que la obra de Picasso sí que alguna que otra vez me causa cansancio. El arte es así, hay para todos los gustos y porque me canse más Picasso no significa que sea un mal artista. Además, me gusta que Velázquez sea español, porque me hace creer en las virtudes de los españoles.

Talento y trabajo

—¿Cree en el talento innato o hay que trabajarlo todos los días? ¿La inspiración le pilla habitualmente trabajando?
—El talento innato tiene que ser lo primordial, pero luego sin el trabajo constante lo innato se queda obsoleto. Si quieres trabajar de tu talento innato y ser un gran profesional no queda otra que trabajarlo.
—¿Con cuántas obras suele trabajar simultáneamente?
—Solo trabajo en una, a lo mejor puedo tener cincuenta encargos, pero trabajo de una en una.
—¿Se puede trabajar tranquilamente en una sociedad acelerada?
—Yo nunca he trabajado tranquilo, yo no vivo una vida tranquila, pero es cuestión de temperamento y de generaciones. Ahora hay más tiempo hasta para hacer el tonto, cuando yo era joven la vida era mucho más lenta. Pero más que nada creo que es un tópico.
—¿Qué le parecen las ferias de arte contemporáneo?
—Si no hubiera estas ferias las personas no sabrían cómo son los artistas… Un cantante hace conciertos para tener un trato más cercano con su público, pues las ferias de este tipo se hacen por la misma razón y me parece una muy buena forma de acercar al público a sus pintores.
—¿Ha dicho usted alguna vez “no” a un encargo?
—Sí, claro que sí y no me arrepiento. Sobre todo, he rechazado aquellos proyectos que me estorbaban para otros proyectos. Durante mi carrera me he negado a pocas cosas, solo aquello que me podía permitir rechazar porque económicamente no me hacía falta.
—¿Le ha servido alguna vez de inspiración la fotografía?
—Claro, por ejemplo, el cuadro de la Familia Real lo pinté a partir de una fotografía, pero si tengo que ser sincero prefiero pintar al natural, me parece que abarcas más espacio, es verdad que es más incómodo, pero tienes que elegir.
—¿A qué le tiene miedo Antonio López?
—He tenido miedos de todos los tipos. De joven tenía miedo a no tener pareja o no ser feliz. Luego también he tenido mucho miedo a no vender, a que no gustase lo que hacía. Ya por último he de mencionar a las enfermedades y sobre todo a ciertas edades.

Hacia el futuro

—¿Cuál es su próximo proyecto? ¿Le agobia dejar trabajos sin acabar?
—A esta edad no me preocupa dejar trabajo sin acabar, me agobia mucho más no poder trabajar. Y mi próximo proyecto es terminar un trabajo que estoy haciendo en la fundición para los Reyes.
—¿Cómo se superan las adversidades?
—En principio con paciencia, luego ver si esa adversidad ha sido provocada por una mala decisión o por la mala suerte; es decir que si es una adversidad producto de la vida, como lo puede ser una enfermedad no queda otra que aceptarlo.
—¿Cómo le gustaría ser recordado?
—No pienso en ello, no me gusta pensar en cosas que no están dentro de mi control.
—¿Le han planteado alguna vez escribir una autobiografía?
—Sí y he dicho que no, pero como hay veces que aunque digas que no la gente lo hace, pues hay que aguantarse. No me gusta contar mi vida y ciertas cosas.

Compartir:

Otros artículos de interés