200 años del sistema que permitió “ver con las manos” a los ciegos

Marina Rojas explica la historia y las posibilidades del método Braille, que hoy usan 285 millones de invidentes en el mundo

En 1825, un jovencísimo Louise Braille, alumno del Instituto de Jóvenes Ciegos de Francia, invento un código táctil que derribó barreras y revolucionó la historia. Bastaron seis puntos.
Se había inspirado en dos hombres: Valentin Haüy, con una especial sensibilidad hacia las personas ciegas, que inventó un sistema de impresión de letras en relieve; y Charles Barbier, militar especializado en mensajes codificados que desarrolló el sistema de escritura nocturna. Se trataba de un código para que los oficiales franceses pudieran leer sin luz, escrito con un lápiz tipo buril que hacía puntos para ser leídos con las yemas de los dedos. Barbier utilizaba doce puntos; Braille los redujo a seis, con diferentes posiciones en dos filas de tres, creando así 64 combinaciones que sirven para componer letras y números, leer partituras o anotar partidas de ajedrez. Este sistema de lectoescritura es hoy utilizado por 285 millones de personas ciegas en todo el mundo, después de que se decidiera en 1878, en un congreso internacional, promover este sistema a nivel global.
Marina Rojas es la responsable de etiquetado Braille en España y jefa de la Unidad de Braille de la ONCE y de la Comisión Braille Española. Es el equivalente a la Real Academia de la Lengua, que vela para que este sistema de lectoescritura no deje de avanzar. Algo que, en los doscientos años de existencia, ha hecho de forma eficacísima. ¨Con tan solo dos siglos -cuenta para Mundo Cristiano- ha sido capaz de adaptarse a todo lo que le ha tocado”.
Habla de Louis Braille como un “chico inquieto”, con una discapacidad intelectual grave desde los 3 años, que supo aprovechar los avances de sus predecesores, entre ellos el militar francés. “Me gusta recalcar que de cosas tan terribles como una guerra pueden resurgir cosas buenas”, sostiene Rojas. “Es la esperanza del ser humano”.

Elemento contra la marginación

Efectivamente, el sistema Braille facilitó que las personas ciegas dejaran de estar “completamente marginadas socialmente, ya que su única forma de subsistir era vivir de la caridad”. Explica que aún es así en algunos países del mundo, pero en España “tenemos la fortuna de tener una organización detrás como la ONCE” que, con 71.496 afiliados, favorece la igualdad de oportunidades.
Rojas describe cómo el nacimiento del Braille “fue un salto cualitativo brutal” y eso que, en aquella época, sin imprentas adaptadas, se escribía con punzones. “Hacer libros en Braille llevaba muchísimo tiempo”. Pero la tecnología “ha sido la gran aliada, no solo para acceder a la lectura física, también para los dispositivos electrónicos; contamos con muchísimos adelantos”.
Entre estos avances, los sintetizadores de voz que se usan en dispositivos móviles y ordenadores, los teclados braille con seis teclas para producir los seis puntos que conforman los caracteres Braille y, además, las llamadas “líneas Braille”. Se trata de un aparato electrónico que se conecta al móvil o al ordenador y muestra de forma táctil lo que aparece en la pantalla. Rojas pone en valor este sistema porque “mucha gente piensa que con el audio ya está bien, y es cierto que viene bien, pero es un sistema que no es un código de lectoescritura; y si no leemos, somos analfabetos funcionales”. Por eso, insiste en que “tenemos que fomentar la lectura”. Además, la línea Braille es “la única posibilidad de comunicación con el resto del mundo de las personas con sordoceguera, aparte de la lengua de signos”.

Visibilizar y promover el Braille

Las celebraciones del 200º aniversario del Braille arrancaron en enero con un congreso organizado por el Consejo Iberoamericano del Braille en Oporto, en el que participó España, con el objetivo de poner en valor la importancia de este sistema en el día a día. Asimismo, se están haciendo de forma mensual unos directos en la cuenta de Instagram de la ONCE en los que se hablan de distintos aspectos relacionados con este sistema. Igualmente, en la Feria del Libro que se celebrará en Madrid del 30 de mayo al 15 de junio, la entidad tendrá un protagonismo especial.
Junto a ello, la efeméride persigue dar visibilidad social. Es cierto que se ha avanzado mucho. Por ejemplo, desde 2008 existe el voto accesible, lo que facilita a las personas ciegas votar de forma autónoma y anónima; se cuenta con etiquetado en Braille en los medicamentos para uso humano y, desde 2022, para uso veterinario —fundamental en un colectivo que hacen uso de perros guía, entre otros—, pero hay que “seguir implementando el Braille en la sociedad”.
Rojas alude a una ley recientemente aprobada que está en desarrollo y que va a permitir “que todos los productos de primera necesidad vengan identificados en Braille” para que, primero, puedan hacer la compra de forma autónoma y, en segundo lugar, con total seguridad para la persona ciega. “Todos los envases de productos de limpieza son muy parecidos”. Además, “los bricks no se sabe si son de leche, vino, caldo, zumo…”. Una persona que no es ciega no tiene problemas en ver los rotulados en tinta, “pero imagínate vivir en un mundo donde todo es en blanco”. Por eso, el objetivo de este centenario es, también, sensibilizar, “intentando que la sociedad se ponga en nuestra piel”.

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