Estamos ante un juego muy familiar en el que hay que poner mucha atención y ser el más rápido en coger el elemento objetivo.
Los componentes son: 5 piezas de madera entre las que se pueden encontrar un fantasma de color blanco, un sillón rojo, una botella verde, un ratón gris y un libro azul. Además incluye un mazo de 60 cartas con ilustraciones.
La partida se desarrolla a lo largo de una serie de turnos en la que habrá que ser el primero en coger la pieza de madera que corresponda según una condición.
En cada turno se revela una carta del mazo central. Las cartas representan ilustraciones de los objetos de madera con un color determinado. Si coincide el objeto con su color esa es la pieza que hay que atrapar. En caso de que no coincida, el elemento que hay que coger es justamente el que no aparece y del color que tampoco aparece.
Quien acierte se lleva la carta como premio y si alguien falla debe ceder una carta. Al final, el que haya conseguido más cartas será el vencedor.
Juego simple, fácil de sacar a mesa y de partidas rápidas. Muy familiar, admite un número elevado de jugadores y se puede jugar con los más pequeños.
Además, ejercita la percepción visual y el conocimiento abstracto. Muy divertido.

Kingsburg
De reinos e invasiones